Mi primera experiencia con el voluntariado no fue muy gratificante ni me enseño bien el valor que tiene. No fue hasta que entré a Fundación San Blas cuando vi lo que realmente era; personas que vienen día tras día sin falta, con todo su cariño, amor y dedicación a entregar a los usuarios lo mas valioso que tienen: SU TIEMPO y sobre todo sin esperar nada a cambio.
Siempre que hablo de la Fundación es lo primero que me viene a la cabeza porque, aunque parezca un tópico, lo cierto es que sin ellos esto no sería posible.
En el Centro tenemos funciones muy importantes, sí, pero sin ellos que son la piedra angular, nada de lo demás tiraría para delante.
Luego está el voluntariado de acompañamiento, sea literal o metafórico. Me explico, igual de importante es acompañar físicamente a un usuario por ejemplo al medico o al abogado para que se pueda obtener mejor información, como acompañar a alguien en su proceso, sea en plan apoyo emocional o de trámites.
Pero en todos los casos, la persona se siente acompañada, escuchada, atendida y sobre todo, tenida en cuenta por una sociedad que los hace invisibles.
En nuestro caso, al estar solo dos técnicos, el apoyo del voluntariado en acompañamiento es crucial; mucho para nosotras pero sobre todo para ellos porque ven que hay más personas además de las trabajadoras que se preocupan por ellos, eso les da esperanza y visibilidad y se sienten mas queridos y atendidos.
La experiencia nos ha enseñado que, en ocasiones, más de las que nos gustaría, debido a la barrera idiomática y a sus duras condiciones de vida, no se produce la mejor comunicación con las instituciones, dificultando así aun más, su inserción a todos los niveles.
Con la ayuda del voluntariado de acompañamiento, este problema se soluciona, haciendo más fluida la comunicación y por tanto la consecución de sus objetivos.
Las citas a las que pueden ser acompañados son: extranjería, abogados, médicos, Seguridad Social, Inaem, Sepe..
Esta demostrado que no solo es importante que con la ayuda del voluntario consigan el objetivo al que han ido a la institución, sino la mejora en el bienestar emocional que les supone saberse importantes para alguien y sentirse atendidos.
Mar Albertos
Trabajadora Social Fundación San Blas
