AUMENTO PREOCUPANTE EN EL SINHOGARISMO

En los últimos 3 años es fácil observar un aumento progresivo de personas atendidas y, por tanto, de servicios. Por nuestra experiencia, hemos podido comprobar que los meses de verano suelen ser los más tranquilos, ya que la mayoría de las personas atendidas son temporeros y este es el periodo del año en el que más  desplazamientos se producen al medio rural con motivo de las campañas agrícolas.

A diferencia de estos años anteriores, a principios de junio nos saltaron las alarmas al ver que en lugar de notar un descenso de población atendida como solíamos estar acostumbrados, comenzó a incrementar.

A medida que ha ido avanzando el verano, hemos visto que este aumento comenzaba a ser preocupante y, no sólo por la información que podemos ver en los medios de comunicación acerca de la entrada masiva de inmigrantes, sino porque, en ocasiones, como fundación y, sobre todo, entidad social, hemos visto sobrepasados nuestros esfuerzos, alimentos, medios personales… en el intento de dar una atención que se ajuste a la demanda.

El perfil que predomina en este incremento de población es el de chico joven de origen extranjero con prevalencia de origen africano, notando aumento en la procedencia de países como Gambia, Senegal, Guinea… esto nos llama la atención porque en jóvenes extranjeros siempre había predominado la zona del Magreb, pero podemos ver que este año el perfil ha cambiado.

Aun así, tienen en común el punto que representa el mayor obstáculo de cara a la salida de la situación de calle: irregularidad. Este hecho conlleva la consecuencia, de que, por la actual ley de extranjería, estas personas estén condenadas a permanecer mínimo dos años en situación irregular, sin poder acceder a un empleo y con muchas dificultades para acceder a formación, por lo que es inexistente la posibilidad de contar con recursos económicos. Esta situación nos da la certeza de que no es algo pasajero o temporal, sino que estas personas van a necesitar el apoyo de entidades sociales durante un tiempo bastante prolongado.

Además, hay que tener en cuenta que nuestro ámbito de actuación es básico y, por tanto, son servicios estables los que ofrecemos. Así que, resulta dificultoso el acceso a subvenciones que, a menudo, priorizan la innovación, ya que San Blas tiene muy definidas las actuaciones y son constantes a lo largo de toda su experiencia. Si contamos con que las subvenciones son nuestra forma prioritaria de subsistir, entendemos que todavía contamos con un obstáculo añadido.

Si sumamos el aumento considerable de población atendida y los servicios a la falta de apoyo económico suficiente, es sencillo imaginar los esfuerzos inmensos que estamos haciendo tanto personal contratado como personal voluntario para no dejar a nadie sin cenar.

                                                                                                                                        Leyre Bernad

                                                                     Psicóloga y Coordinadora de Fundación San Blas

 

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